La tendencia a valorar el ROI (retorno de la inversión) como máximo indicador válido, puede ser un grave error, cuando lo que estamos valorando es la salud emocional de las personas. Este indicador no es capaz de recoger la complejidad del estado de las personas. Para verlo más claro podemos compararlo con la medición de la aceptación del uso de los Medios Sociales, donde tampoco es fácil ver un retorno de la inversión claro. ¿Cómo calcular si la inversión para la estrategia en los Medios Sociales tiene un retorno positivo para la marca? La respuesta a esta pregunta está en el desarrollo de la metodología OIR –Impact of Relationship- que pretende mostrar el valor de nuestra presencia en base a variables de Autoridad, Influencia, Participación y Tráfico.
La inversión en desarrollo emocional sirve, principalmente, para devolver la confianza a las personas, que vuelven a sentirse como parte importante del trabajo que desarrollan. Y con ello se mejora su rendimiento y capacidad de trabajo, y por tanto los beneficios empresariales.
No hay tiempo que perder. La vida pasa demasiado rápido y los momentos desaprovechados no son recuperables. Vivamos con ganas de dar lo mejor que tenemos y apoyándonos en nuestras capacidades para buscar el cambio y crear valor social.
La Resiliencia es un generador de riqueza.
Hablar del ROI (Return of Investment) es natural en la Empresa, va siendo natural también hablar del IOR -Impact of Relationship- ¿Cómo medir el intangible del capital humano?
La inversión en desarrollo emocional se puede usar como moneda de cambio, creando en la empresa y entre los empleados un motor llamado Esperanza y que en los actuales momentos de crisis ha caído en el olvido. Se mirará al futuro con mejores ojos y eso influye en el ambiente de trabajo, pues las acciones corrientes del día a día se encuadran dentro de un marco positivo. Las cosas sirven para algo, son buenas, aunque en el corto plazo le hayamos perdido el sentido. Hay que recuperar la esperanza.
El capital emocional va más allá de las cifras de ventas puras y duras pues en él se incluyen intangibles tan importantes como reputación, retención de cliente, nuevos y mejores canales de comunicación. Aspectos todos ellos esenciales para el éxito a medio y largo plazo de cualquier negocio.
El ROI EMOCIONAL es el retorno de la inversión en capital emocional en la empresa. El análisis del ROI emocional en la productividad de las empresas será el eje de las intervenciones sobre la inteligencia emocional en la organización.
Si el ROI emocional es positivo da lugar a trabajos excelentes y a profesionales competentes, si por el contrario, el ROI emocional es negativo, el profesional se separa de la organización, pierde motivación, (no logra trabajos excelentes) y se relaciona menos (pierde sinergias con otros colegas).
Los empresarios y directivos son los exponentes clave para generar el ROI emocional. Bajos niveles de ROI generan climas inadecuados, baja productividad, pérdida de compromiso, baja innovación y pérdida de competitividad empresarial.
No hay más que mirar a la competencia, darse cuenta que las buenas campañas de publicidad no son las que venden el mejor producto, son las que venden sentimientos. Las que tocan la fibra sensible, las que se dirigen al potencial humano, aquellas que convierten las acciones cotidianas de cada día en actos casi heroicos con resultados palpables en la sociedad. Un ejemplo claro, la madre Teresa de Calcuta, por citar a uno de los personajes más relevantes e universales de nuestra historia más reciente, aparentemente sin ninguno de los atributos que tenemos como más valorados: belleza, poder, dinero, fama, ha devuelto la esperanza a miles de individuos y ha hecho que otros tantos, los voluntarios encuentren un motivo en su vida. Ha conseguido hacer una revolución. ¿Qué será de nuestra sociedad si trabajamos todos con la confianza de que si una persona ha sido capaz de promover cambios significativos así, nosotros también podemos hacerlo y conseguirlos?
IRYDE ha puesto en marcha el CAMPUS DE LA ILUSIÓN la primera red social de gestión emocional positiva, donde se entrenan y también se encuentran contenidos que ayudan a mantener el espíritu de lucha y la mentalidad resiliente. Además, esta red, que ya está en marcha, sirve para que cada uno vuelque sus experiencias y resultados positivos, explicando cómo lo consiguió, para que esas estrategias, puedan inspirar a otros a superar situaciones difíciles. El campus es un medio asequible que pone en contacto a miles de personas entre sí y que facilita un espacio de contribución a los individuos y a la sociedad.