El Instituto Internacional para la Resiliencia y el Desarrollo Emocional (IRYDE) es una entidad sin ánimo de lucro que nace con la voluntad de ponerse al servicio de las personas y organizaciones que pasan por situaciones de adversidad. IRYDE desarrolla y facilita las herramientas necesarias para prevenir los riesgos en la salud emocional, potenciar el talento y aportar sentido y valor a la sociedad.
IRYDE, entre cuyo equipo se cuentan prestigiosos neurólogos, biólogos, psicólogos, psiquiatras, educadores, etc., promueve y realiza estudios científicos que avanzan en el conocimiento del cerebro y su comportamiento. De manera que todas nuestras intervenciones, tanto las que emprendemos directamente como las que hacemos a través de la consultoría Integrando Excelencia, están respaldadas por los últimos avances en neurociencia.
Neurociencia
Vemos el comportamiento propio y el de los demás, pero no vemos lo que hay detrás de esa conducta. Cuando surgen conflictos o simplemente cambian las circunstancias y los comportamientos de siempre no nos hacen progresar, encaramos un problema de difícil solución. Y sufrimos. Esta realidad fue la que nos llevó a establecer los estudios sobre el cerebro como el pilar de nuestra actividad. Si conseguimos saber cómo funciona nuestra mente, sabremos cómo hacer que trabaje en nuestro beneficio. Y cada vez sabemos más. Hoy, gracias al equipo de investigadores de IRYDE que encabeza la bióloga Natalia López Moratalla, y gracias por supuesto a los científicos de todo el mundo, conocemos mucho mejor los secretos de nuestro cerebro. Cómo pensamos, cómo sentimos y cómo nos comportamos ha dejado de ser un misterio. Esto nos permite elaborar programas efectivos para tomar el control de nosotros mismos. Saber cómo se producen las conexiones neuronales que nos hacen sentir las emociones que sentimos y por qué respondemos de una manera determinada ante el mismo estímulo es lo que nos permite descubrir cómo podemos rehacerlas reescribiendo nuestra memoria emocional. Se llama plasticidad neuronal: nuestro cerebro nunca deja de formarse, y podemos decidir cómo queremos que lo haga.